Durante los primeros dos meses del pontificado de León XIV, muchas imágenes han captado la atención del mundo, pero una en particular destaca por su simbolismo: el Papa sentado con las piernas cruzadas junto a una niña en el Centro de verano vaticano, observando con ternura su dibujo. Esta escena, sencilla pero poderosa, refleja una actitud profunda: la de ponerse a la altura de los niños, tanto física como espiritualmente. El gesto del Pontífice nos invita a mirar el mundo con ojos infantiles, despojados de prejuicios y cargados de empatía.
El artículo plantea una reflexión crítica sobre cómo los adultos, en lugar de proteger a los pequeños, a menudo los convierten en víctimas de sus decisiones, especialmente en contextos de guerra y violencia. Se pregunta qué pasaría si los líderes mundiales tuvieran el valor de agacharse como Jesús, que pidió dejar que los niños se acercaran a Él. Cita a Gandhi y Brecht para reforzar la idea de que la paz verdadera debe empezar con los niños. El Papa León XIV, que ya practicaba este estilo cercano cuando era misionero en Perú, continúa ahora como Obispo de Roma dando una lección urgente y necesaria: solo haciéndonos pequeños, podemos engrandecer la humanidad.
Este es un resumen del artículo original de Alessandro Gisotti publicado el 8 de Julio de 2025 en Vatian News. Si quieres ver el artículo original pincha aquí