Santa María, protectora de las familias,
hoy pongo bajo tu cuidado a los que amo:
cuida sus caminos, su salud, su mente y su corazón.
Defiéndelos del peligro,
líbralos de accidentes, violencia, malas decisiones o enemigos ocultos.
Si alguna cruz deben cargar, que tú estés allí sosteniéndolos.
Que nunca se aparten del camino del bien,
y que tú, Madre fiel, los acompañes siempre.
Amén.