Virgen María, Madre del Consuelo,
vengo a ti con el corazón herido por la pérdida de alguien que amé mucho.

Te pido que lo/a recibas en tus brazos,
y lo/a presentes ante el trono de tu Hijo,
para que le conceda el descanso eterno.

Intercede para que sus culpas sean perdonadas,
y su alma sea purificada con la misericordia divina.

Consuela también mi corazón,
que aunque sufre, confía en la promesa de la vida eterna.

Virgen fiel, acompáñalo/a al Paraíso. Amén.